Con el regreso de la primavera, al igual que lo hacen las flores en los campos, regresan los pequeños jelopinos a sus bicicletas.
Ansiosos por pedalear, como si despertaran del letargo invernal, piden etapa dura y subir muchas cuestas, nada de etapa blanda.
Cumpliendo sus deseos nos ponemos manos a la obra y comenzamos a devorar el camino
Pero tanto querer correr hace que la parada sea instantánea pues otra vez se acercan a nosotros las averías, y esta es gorda pues hay que llamar al vehículo de asistencia en viaje y el propietario debe abandonar la etapa.
Pero el resto, una vez solucionado el tema seguimos a la carga, pues el almuerzo hay que ganárselo.
Después de almorzar, hay que evacuar y como veis a pares. Y después de ver esto, yo dudaría de la potabilidad del agua.
Foto del grupo y de vuelta a casa.
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