martes, 22 de diciembre de 2009

Salida 20/12/09

El perezoso mercurio se olvido de despertar, aunque Catalina ya hacía rato que dormía y Lorenzo aparecía tímidamente entre las manchas blanquecinas que previamente se habían desvanecido en forma de agua helada cristalizada en forma de copos blancos...,

Resumiendo, que había una nevada de ¡ olé !.



Pero el grupo de "majaretas", siguiendo fielmente al líder, como si de una manada de lobos en una jauría se tratase y burlando todos los obstáculos (que no eran pocos) capaces de desafiar al frío, a la nieve, al hielo e incluso a nuestro enemigo mas intimo, el viento de cara, pusimos rumbo a "donde se pueda".



Y donde se pueda, comenzó por deslizarnos cuan delicadas profesionales del patinaje sobre los gélidos charcos, que bien pudieran ser lagos de Noruega, (esto sin exagerar), si exageramos... hablaríamos del hábitat de los osos polares.


Pero volviendo a la tierra y oteando al fondo la famosísima cuesta de las vacas, que esta vez se convirtió en la cuesta del célebre calvario, pues absolutamente nadie fue capaz de ascender sin morder el polvo.

Oskar el osado, quiso romper el hielo y nunca mejor dicho, probando la dureza del suelo en los comienzos de la cuesta, quiso abandonar la trazada, misión imposible cuando las huellas de algún vehículo han endurecido la base previamente y el persistente frío hace el resto congelando el piso y todo aquel que se atreve a desafiarlo se las tiene que ver con la gravedad, íntima amiga de Newton.


Como si de un monstruo más se tratara, este pabellón parece haberse escapado de la película monstruos contra alienígenas, donde hacía el papel de dientes de sierra.



Estábamos inmersos entre la nieve y sin la esperanza de ver vida humana por estos lares..., cuando de repente y como si del Capitán Scott y los suyos se tratase, un grupo de valientes aventureros disfrutando de las maravillas del paisaje, pues aunque helado no deja de ser maravilloso, se disponían a escalar hasta las neveras por una ruta que bonita es, pero dura también, por lo menos en bicicleta y lo digo yo que por ahí hemos subido.


Como todo llega a su fin..., tras haber charlado un ratito y para no quedarnos fríos despedida y cada uno partió hacia su destino. (Espero que llegasen perfectamente y disfrutasen tanto como nosotros, me enterare...)


Para los que tengan interés en saber que tal se anda en bicicleta con el piso helado...,

Respuesta, no hay que ser muy vivo para saber que mal para subir, pero todavía peor para bajar, pero eso sí divertido un rato, hasta que te caes y si no te haces daño más divertido, el problema es si caes mal o los pedales se revelan contra ti como me sucedió a mi e intentan entrar dentro de tu cuerpo a través de los gemelos, y el manillar que también intenta clavarse en tu rodilla mientras estas tirado en el suelo que te quiere atrapar y no te deja levantarte y te desplaza unos metros cuesta abajo, hasta que al final el rozamiento dinámico hace su trabajo y por fin paras, te levantas y como no es grave continuas como si nada.



Para acabar, la etapa fue divertida pues de sobra sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar.

El resto de fotos y vídeos, como siempre, pinchando en una y accedéis al álbum, lo digo por los amigos de Robert Baden Powell, los scouts, que si entran por primera vez y se quieren descargar las fotos en las que aparecen, sepan que lo pueden hacer.

Nos vemos en la próxima, Salu2 para to2.