Antes de nada decir que no se porque extraña razón, no puedo mostrar las fotos como hago normalmente, cosas de la informática y del Picasa, os dejo enlaces al álbum.
Fin de semana dividido, pues las obligaciones de unos y de otros han hecho que los jelopinos hagan etapas diferentes.
El sábado para calentar las piernas LuisMa y Yo abrimos una nueva ruta para nosotros , pero que como no podía ser de otra manera, antes otros habían dejado la huella de sus tacos grabada en el barro.
Para no variar cruzamos el antiguo puente de Alberite que nos fue abriendo paso a nuevos horizontes lejanos, y digo esto conscientemente pues los cortados que aparecen ante nuestros ojos, no tiene nada que envidiar a aquellos que Hollywood nos mostraba en las películas de John Wayne, donde los indios se escondían tras las montañas rocosas y el malo el feo y el bueno... bla, bla, bla.
Pues sí, y lo mas sorprendente es que lo tenemos a un pasito, pero la mayoría de las veces miramos pero no vemos, y no nos percatamos de lo que hay a nuestro alrededor y tiene que ser cuando realmente te cuesta conseguir algo, (en este caso culminar una cima), cuando por fin aprendes a ver lo que te rodea.
Pero bueno, esto solo es un blog, y yo no soy Gustavo Bueno, filosofando, ni Camilo José Cela, escribiendo, así que seguiré narrando el resto de la etapa que con alguna subidita notable como la cuesta de las vacas nos puso raudos en el lavadero de Sorzano, donde aunque no estaba previsto y con un sol que cegaba, nos llevamos el disgusto de la mañana.
Fin de semana dividido, pues las obligaciones de unos y de otros han hecho que los jelopinos hagan etapas diferentes.
El sábado para calentar las piernas LuisMa y Yo abrimos una nueva ruta para nosotros , pero que como no podía ser de otra manera, antes otros habían dejado la huella de sus tacos grabada en el barro.
Para no variar cruzamos el antiguo puente de Alberite que nos fue abriendo paso a nuevos horizontes lejanos, y digo esto conscientemente pues los cortados que aparecen ante nuestros ojos, no tiene nada que envidiar a aquellos que Hollywood nos mostraba en las películas de John Wayne, donde los indios se escondían tras las montañas rocosas y el malo el feo y el bueno... bla, bla, bla.
Pues sí, y lo mas sorprendente es que lo tenemos a un pasito, pero la mayoría de las veces miramos pero no vemos, y no nos percatamos de lo que hay a nuestro alrededor y tiene que ser cuando realmente te cuesta conseguir algo, (en este caso culminar una cima), cuando por fin aprendes a ver lo que te rodea.
Pero bueno, esto solo es un blog, y yo no soy Gustavo Bueno, filosofando, ni Camilo José Cela, escribiendo, así que seguiré narrando el resto de la etapa que con alguna subidita notable como la cuesta de las vacas nos puso raudos en el lavadero de Sorzano, donde aunque no estaba previsto y con un sol que cegaba, nos llevamos el disgusto de la mañana.
Y como lo complicado ya estaba hecho, no quedaba mas que pisar fuerte y agarrar bien el manillar para luchar contra el desagradable viento que tuvimos de cara durante toda la bajada y el camino de vuelta.
El Domingo la etapa se dividió en dos grupos, los que decidieron caminar en la marcha Aspace y los que fueron a la marcha jelopina del Domingo, que no estoy muy al tanto pero Iván me ha comentado que fue potente.
De la marcha Aspace poco hay que decir, primero un pie y después el otro y así sucesivamente, simplemente os dejo algunas fotos del paso por Villamediana.
Podéis ver el resto aquí.
Como siempre, hasta la proxima.
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