martes, 29 de septiembre de 2009

Salida 27/09/09

La dehesa de Navarrete era el objetivo.

Tras el regreso de Rober y para dar paso a las etapas otoñales, teníamos que mostrar al hijo pródigo los nuevos mundos.


Ruta en bici 328239 - powered by Bikemap


Para calentar las piernas e ir midiendo las fuerzas con las que podíamos contar, nuestro líder marca el paso por las montañas "John Wayne", osea, el monte la pila de toda la vida. Para relajar las piernas y disfrutar del viento acariciando nuestras mejillas descendemos por los pedregales que nos harían llegar hasta Navarrete City.



Dejamos atrás un grupo de vendimiadores que estaban almorzando y que lejos de compartir el bocado, exclamaron que cuatro eran demasiados para ser invitados,




así que no quedo mas remedio que ganarnos a base de pedaleo nuestro particular piscolabis.




En el que no faltaron, algún que otro, Rober quita esas hierbitas del suelo que molestan.




Tras haber llenado el buche y con las rodillas de Oscar menos resentidas, damos comienzo a la verdadera etapa, donde en pocos metros te ves inmerso en un bosque donde varios tipos de árboles te van dando la bienvenida mientras te van cautivando con sus colores y aromas otoñales.



Encuentro de multitudes en lo mas alto, los chicos del Reventón, posaron con nosotros en la foto de grupo.



Descenso hacia el campamento base, pero no por eso dejan de sucedernos aventuras, pues ahora es cuando comienza la verdadera aventura.



Todo parecía normal, satisfechos e ilusionados por haber cumplido los objetivos y sobre todo haber disfrutado haciendo algo que nos gusta, volvíamos hacia casa cuando algo extraño se respiraba en el aire. Pues todo iba sobre ruedas, la etapa se podía dar por finalizada y el ángelus acababa de caer, la F1 no empezaba hasta las 14:00 horas, salvo la parada por el dolor de rodillas de Oscar,

nada hacia sospechar que a tan solo 4 minutos de donde habíamos descansado plácidamente...,
detrás de una higuera...
o mejor dicho debajo...
pero muy abajo...
a unos cinco metros por debajo de la higuera...
se encontraba...

con el culo hincado dentro de una zanja de riego, las piernas mirando al cielo, las rodillas ensangrentadas, la cachaba a medio camino, la chaqueta entre unas zarzas y el aparato de radio entre dos ladrillos...

una señora que seguro nació en tiempo de guerra y que solo podía gritar a media voz,
socorro !!! socorro !!!

Cuando los jelopinos escucharon la llamada de S.O.S. no pudieron sino bajarse de sus monturas y sin pensárselo dos veces, bajaron al barranco para auxiliar a la pobre mujer, que en menos de 2 minutos y como si de un comando de rescate se tratara, formando una cadena humana con eslabón de cachaba, rescatamos a la señora de lo que pudo haber sido y no fue.

Tras avisar a la familia y dar por finalizado el rescate y haciendo balance de lo ocurrido..., recapitulando un poco, llego a la conclusión de que las leyes de Newton no siempre se cumplen, y lo explico:

La señora era diabética y es lo primero que nos dice, que le ha dado algo y que no recuerda como se ha caído. Hasta aquí nada raro.
Tras ser rescatada parece que las energías se le han recuperado en un momento, pero lo mas interesante es que en el bolsillo de su camisa llevaba un higo metido, y cuando digo metido es metido, bien adentro.

Pues bien, si la higuera estaba en el lado izquierdo de camisa, el higo en el derecho y la señora nos dice que no había ido a coger higos, la pregunta que me inquieta es... ¿Como ha aparecido ese higo dentro del bolsillo ? y al preguntar a la señora nos da la explicación, el higo a entrado allí al descender por el barranco, como a 1 metro de la higuera y esto es lo que me lo aclara todo .

Newton estabas equivocado.

Además existe un viejo proverbio que dice...

"El mejor higo siempre es el que no puedes coger"

Ahí queda eso...

Bueno la próxima semana mas
.

Anímense a pedalear !!!!







2 comentarios:

Anónimo dijo...

tenemos el escudo mas chuli chuli solo nos falta la cena y el lote deportivo un besito luisma ruben ivan

Anónimo dijo...

mucho almuerzo y poca cuesta, no me estraña que algunos esten tan rellenitos