La mañana despertaba triste, y Lorenzo se resistía a mostrarnos su cara mas agradable.
Pero los Jelopinos vuelven a la carga un domingo mas, ávidos de descubrir nuevas rutas para su deleite.
Con las ideas claras, una ruta bien diseñada y como si de caballeros andantes se tratara montados en nuestros rocines, (en este caso sin patas pero con ruedas), con nuestras dulcineas descansando en el Toboso, vamos a nuestra particular batalla contra el gigante, ¡¡¡ a por nuestro molino !!!.
Volviendo a la tierra y dejándonos de historias de caballerías y de caballeros andantes, contaros que la etapa fue ante todo divertida.
Como siempre los compromisos sociales hacen que las etapas sean 30 minutos más cortas de lo que a Luis Ma le gustaría, pero no por eso dejan de ser etapas interesantes ni mucho menos son etapas blandas pues se concentra el contenido de la etapa en función del tiempo disponible y por si fuera poco siempre atajamos por el camino mas largo, de lo contrario no seriamos jelopinos.
Tras un ratito bajando poquito a poco hacia arriba se van calentando las piernas hasta alcanzar, (ahora sí la bajada hacia abajo), Murillo, donde nos cruzamos con una etapa de la vuelta ciclista a España, o al menos eso parecía por el despliegue de medios, coches, cámaras, etc, cuando la cruda realidad nos mostró que no era la vuelta, sino un grupo de aficionados a la bici que simplemente disfrutaban del domingo igual que nosotros, pero a estos si que les iban a ver sus amigos y a fotografiarlos, (esto para los amigos).
Y una vez atravesado Murillo la etapa no deja de ser en ascenso hasta la misma cima del molino de viento, donde nos esperaba ese chorizo de jabalí, que esta vez Joaquín sí que ha acertado y nos ha traído como alternativa al doping.
Tras llegar a santa Lucia la etapa llega a su punto álgido y comienza el descenso total (rompe piernas a piñón), a excepción de dos subidas una la cuesta de Galilea y otra la cuesta de Murillo, que una vez cubiertas dan prácticamente por terminada la etapa.
Pues nada amiguitos la próxima semana más.
Pero los Jelopinos vuelven a la carga un domingo mas, ávidos de descubrir nuevas rutas para su deleite.
Con las ideas claras, una ruta bien diseñada y como si de caballeros andantes se tratara montados en nuestros rocines, (en este caso sin patas pero con ruedas), con nuestras dulcineas descansando en el Toboso, vamos a nuestra particular batalla contra el gigante, ¡¡¡ a por nuestro molino !!!.
Volviendo a la tierra y dejándonos de historias de caballerías y de caballeros andantes, contaros que la etapa fue ante todo divertida.
Como siempre los compromisos sociales hacen que las etapas sean 30 minutos más cortas de lo que a Luis Ma le gustaría, pero no por eso dejan de ser etapas interesantes ni mucho menos son etapas blandas pues se concentra el contenido de la etapa en función del tiempo disponible y por si fuera poco siempre atajamos por el camino mas largo, de lo contrario no seriamos jelopinos.
Tras un ratito bajando poquito a poco hacia arriba se van calentando las piernas hasta alcanzar, (ahora sí la bajada hacia abajo), Murillo, donde nos cruzamos con una etapa de la vuelta ciclista a España, o al menos eso parecía por el despliegue de medios, coches, cámaras, etc, cuando la cruda realidad nos mostró que no era la vuelta, sino un grupo de aficionados a la bici que simplemente disfrutaban del domingo igual que nosotros, pero a estos si que les iban a ver sus amigos y a fotografiarlos, (esto para los amigos).
Y una vez atravesado Murillo la etapa no deja de ser en ascenso hasta la misma cima del molino de viento, donde nos esperaba ese chorizo de jabalí, que esta vez Joaquín sí que ha acertado y nos ha traído como alternativa al doping.
Tras llegar a santa Lucia la etapa llega a su punto álgido y comienza el descenso total (rompe piernas a piñón), a excepción de dos subidas una la cuesta de Galilea y otra la cuesta de Murillo, que una vez cubiertas dan prácticamente por terminada la etapa.
Pues nada amiguitos la próxima semana más.
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