sábado, 13 de agosto de 2011

Salida 12/08/11

La Mayor de las Locuras


Todo se fue fraguando lentamente, como el mejor de los guisos, a fuego lento, haciéndose esperar...

Esperar...,
La historia comienza una tarde de verano, después de ver la ascensión de una de las etapas de montaña del tour de Francia.

Francia...,
Nuestra visita a París nos ha dejado obnubilados, y nuestras cabezas no dejan de hilvanar ideas, una tras otra, bicicleta, montaña, arboles, cielo, agua, sol, nubes...

Nubes...,
Tumbados en el verde césped de la piscina municipal, con la mirada perdida en el azul del cielo y mirando el tiempo pasar en forma de nubes, que transportadas por el viento creaban formas caprichosas que recordaban las más altas de las montañas y debajo de las ruedas de una bicicleta...

Bicicleta...,
Los mas jóvenes del grupo, ávidos de ampliar horizontes y batir records, rompieron el silencio...

Silencio...,
¡Queremos batir nuestro propio record y no es una frase hecha!, así que ya estáis pensando adonde podemos ir para batir el record de Km en la bici. Exclamaron en tono imperativo a la vez que desafiante.
Ante tamaña tesitura no podíamos decir que no y el tono provocador de nuestros locos bajitos, grandes ciclistas hizo que nuestro antaño caballero andante, (osea que tenia un caballo y hacia excursiones), nos hiciera la propuesta. ¡Yanguas!.

Quiero decir, que podíamos ir a Yanguas, dijo Rober, yo conozco un camino que hice una vez a caballo y es muy bonito. Sin dudarlo se puso fecha, cuando estemos todos de vacaciones pasaremos un día entero de excursión.
Y fue pasando el tiempo y todos estábamos de vacaciones y llego el gran día.

Ocho de la mañana, ¡Silencio, se rueda!.

Se dan las primeras pedaladas dirección sur el primer objetivo era Ribafrecha y más adelante Soto.




Pasamos Vadillos que era la primera escala, y ahora daba comienzo la verdadera aventura.
Tan solo eran las 11 a.m. y con un sol de justicia pero armados de valor y con muchas ganas atravesábamos la primera estación del vía crucis que voluntariamente habíamos elegido, Avellaneda.



La Churrunchina era la estación numero dos, donde estaba prevista la reposición de hidratos de carbono, proteínas y demás elementos que componían la meticulosa y cuidada dieta que habíamos previsto para esta parada, que nos debía aportar la energía suficiente para alcanzar, el casi cielo.



Como es habitual la foto que da fe, de lo expuesto anteriormente, donde se puede apreciar que nadie se queda sin su ración correspondiente.
Una vez aliviadas las tensiones que genera el hambre, la siguiente estación de nuestro particular vía crucis era alcanzar pronto el hayedo que nos diera una tregua y nos liberase temporalmente de nuestro gran amigo y compañero de fatigas Lorenzo.




Tras un vertiginoso e inacabable descenso de unos 14 Km, el objetivo estaba al alcance de las ruedas, y sin mas tiempo que perder buscamos hasta encontrarlo, un recóndito rinconcito donde poder llenar nuevamente el buche, pues tras alcanzar la cima los depósitos quedaron en la reserva y con el piloto encendido durante todo el descenso.




La mitad del objetivo estaba cumplido, la tarde se echaba encima el tiempo se esfumaba y el ascenso había diezmado nuestras fuerzas, el retorno se adivinaba complicado, bastaba mirarnos a la cara para adivinar el agotamiento, pero no podíamos perder más tiempo, el camino de regreso nos esperaba empinando las cuestas a nuestro paso.



Lorenzo seguía con nosotros, no se lo quería perder y a esta hora el chaval estaba pesadito, todos deseando que se fuera un par de horas y más tarde le dejaríamos volver, pero no estaba por la labor y el tío se nos echo encima como un verdadero lastre que complico bastante la llegada a otra de las estaciones, Vellosillo.



Metidos en faena solo podíamos pedalear y pedalear en busca de las escarpadas cumbres que nos esperaban más adelante, buscando el piñón que todavía no existe y el plato que esta por inventar conseguimos alcanzar nuevamente lo más alto, llamado Monte Real.



Como no podía ser de otra manera, e aquí el momento, "no sabemos donde estamos, (que como es habitual también viaja siempre con nosotros) y como haya que dar la vuelta nos da la risa tonta".
Esta vez si que hubo que tirar de GPS, pero no del habitual LuisMa, esta vez era el amigo "Garmin" el que nos diría la posición y la altitud exacta. ¡Eureka! íbamos bien y además habíamos besado la cima.


De 2011_08_12_SalidaJelopinos

Tras un momento de relax y liberación de lastre, volvemos a hidratarnos y afrontamos el reto de descender nuevamente por los caminos maltratados por el agua del invierno que complicaba bastante el descenso a tierra firme. El resto no cambia mucho de etapas anteriores, salvo el peso de las piernas en forma de Km.

Aquí colgamos el perfil y la ruta por si alguien se anima a repetirla.

Seguiremos informando.

Salu2


Ruta en bici 1184880 - powered by Bikemap

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los JELOPINOS podemos crear una energia que nos sea suficiente.Siempre tenemos que buscarla ,y la extraemos del aire,del agua,etc.A veces,incluso llegan a asustarnos las dificilmente controlables posibilidades que nos ofrece la fuerza de la naturaleza.Nuestra fuerza se denomina JELOPA UUUUUU

Anónimo dijo...

Ni los contratiempos,ni lorenzo,ni el paso de los kilometros,ni los botellines vacios,ni la falta de comida,ni la falta de casi todo,etc.Etapa fundamental para el espiritu jelopino.YANGUAS ya es historia viva gracias al caballo de ROBER y a un tal LOTIS

Anónimo dijo...

los jelopinos txikis son los mejores a ver si algunos aprenden de ellos, los qe quieran qe se den por aludidos