Salida 22/03/09

El día apuntaba maneras, el frescor de la mañana hacía que mover las piernas fuera casi una bendición. Según la dirección de carrera, hoy seria el día de los embalses...

Pero como siempre, nada mas lejos de la realidad.

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Comenzábamos pedaleando hasta Sojuela y de allí hasta el embalse del pueblo donde todos los circuitos de nuestro GPS se volvieron locos y nos guiaron por la senda que nadie osa subir, (ya que es una clásica del descenso, por lo que descubrimos mas adelante), hasta las neveras de Sojuela.

Y fue aquí donde descubrimos nuestras dotes para el triatlón, pues fueron 5 interminables Km donde pedalear subido en la bicicleta mas de 200 m seguidos, solo estaba al alcance de unos pocos, Luis Ma y Rober que mantienen la forma, hasta en las circunstancias mas adversas.

Aunque el trayecto era muy duro, (hasta aquí no era nada, comparado con la que nos venía encima) pero las vistas merecían la pena.

Perdidos en el bosque y sin mas guía que las marcas pintadas en los troncos de los árboles, la marcha atrás quedaba lejos y una vez que se decide algo se lleva hasta sus últimas consecuencias. Y ahora tocaba subir, aunque sea a rastras, pero se sube, por algo somos Jelopinos.

Tras numerosos encuentros con otros Bikers, que nos preguntaban, en que parte del camino habíamos olvidado la cordura, ¿que como se nos ocurría subir por ahí?, y nos indicaban infinidad de caminos, (desconocidos para nosotros y para los que ya era demasiado tarde,) por fin nos encontramos con alguien que nos anunciaba que la cima estaba cerca.

Y objetivo cumplido como podéis observar la primera nevera que nos encontramos y donde se ve reflejado el esfuerzo hasta alcanzarla en el fondo del agua, (además del toque artístico de la fotografía).

Ni siquiera hubo tiempo para el tan esperado almuerzo, pues para no alargar demasiado la etapa decidimos tomarlo en marcha.



Al fondo las temidas antenas de Moncalvillo, encargadas de acercar hasta nuestras casas todo lo que pasa en el mundo, a través de la caja tonta.

Y la vuelta la hacemos en descenso extremo, pues la bajada es infinita al igual que los infinitos botes que dimos por los pedregales donde se perdían los depósitos de agua y los ruidos parecían que las bicicletas se iban a partir de un momento a otro, que no aguantarían un bache mas. Pero aun así, no impedían que el velocímetro marcara los 65 Km/h en más de un tramo, hasta llegar a Sorzano, todo un clásico en el mundo de las rutas de montaña.

La próxima semana, ¿Qué nos deparara?



NOTA.- Aquí dejo las fotos de las jelopinas que parecen que se están animando.

Salida 19/03/09

Con el regreso de la primavera, al igual que lo hacen las flores en los campos, regresan los pequeños jelopinos a sus bicicletas.

Ansiosos por pedalear, como si despertaran del letargo invernal, piden etapa dura y subir muchas cuestas, nada de etapa blanda.

Cumpliendo sus deseos nos ponemos manos a la obra y comenzamos a devorar el camino

Pero tanto querer correr hace que la parada sea instantánea pues otra vez se acercan a nosotros las averías, y esta es gorda pues hay que llamar al vehículo de asistencia en viaje y el propietario debe abandonar la etapa.

Pero el resto, una vez solucionado el tema seguimos a la carga, pues el almuerzo hay que ganárselo.

Después de almorzar, hay que evacuar y como veis a pares. Y después de ver esto, yo dudaría de la potabilidad del agua.

Foto del grupo y de vuelta a casa.

Salida 15/03/09

Etapa de montaña.

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Salida 8/03/09

Tiempo inmejorable para un Domingo en bicicleta, el Sol, encapotado, hacia breves apariciones, en cortos intervalos de tiempo. No calentaba demasiado, la temperatura ni muy baja ni muy alta.

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Dábamos comienzo a una nueva aventura, con una única idea fija pedalear durante las próximas 4 ó 5 horas y tratar de grabar cada imagen que nuestras retinas reciben.

Y poder almacenarlas en el saco de nuestros recuerdos como algo grato que ocurre cada mañana de Domingo.

Como cada día hay que subir por lo menos una cuesta potente (es la máxima de nuestro director de etapas), y es raro el día que no hay dos ó tres. Aquí nos encontramos con el inicio de la parte más dura del ascenso hacia San Vicente de Robres, que era el destino fijado, aunque no supiéramos que ese pueblo estaba ahí.

Segundo tramo, donde la cosa se pone dura, y da paso al tramo final donde los que ponían brea decidieron dejar ese trozo sin poner pues la pendiente de ese tramo parece que impedía que esta se fijara al suelo y dijeron ...
¡vale, pues lo dejamos solo con cemento, total para los que van a venir por aquí!.

Sin tener en cuenta, que los domingueros de las bicis no tienen limites y suben y suben y suben...

En este caso hasta este pueblo que aunque no lo parezca, tiene una casa de cultura, bar y hasta Internet, gratis, y no pasan de 7 habitantes los que tiene el pueblo de manera continua.

Como se trata de disfrutar, ante todo, después de un buen paseo siempre culminamos con un buen ágape del que damos fe en cada una de las entradas de este particular blog.

Y como no, otro clásico es el de nuestro striper que cada etapa da rienda suelta a sus instintos y ni corto ni perezoso, se nos desnuda mostrando sus encantos.

No podemos dejar de lado (y menos en estos tiempos de crisis) y reconocer al MOPU , el esfuerzo que hace en nuestras carreteras y que no descansan ni siquiera en Domingo y así lo indican en los carteles colocados a pie de obra. Pero mas digno de admiración y todos nuestros elogios para el adiestrador y capataz que consigue poner orden y hacer trabajar a los ejércitos de abejas, y agradecer en nombre de la patronal y los sindicatos, que este dando trabajo a un numero ingente de trabajadores.

Sin mas me despido hasta la próxima.

Chao, chao, nos estamos viendo.

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Aqui dejo una pequeña nota para la reflexión profunda

PARA HOMBRES MADRUGADORES Y DEPORTISTAS!!!
Hoy me levanté temprano, me puse el maillot arco-iris y el cullote a juego que me regaló mi mujer hace 1 mes por mi cumpleaños.
Hice café, cogí el casco a juego del maillot, me fui silenciosamente al garaje, cogí mi bicicleta de 3.000 euros (auto-regalo de cumpleaños porque la vieja ya tenía 2 años), y cuando salía del garaje me di cuenta de que llovía torrencialmente.
Estaba toda la calle inundada y el viento gélido soplaba a 100 Km/h.
Volví a entrar en el garaje a dejar la bici. Entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me deslicé dentro de la cama.
Despacito me acurruqué contra la espalda de mi mujer, y le susurré al oído: '¡El tiempo afuera está horrible!'
Ella me contestó medio dormida, 'Ya lo sé. ¿Puedes creer que el gilipollas de mi marido se ha ido a andar en bici?

Salida 01/03/09

La mañana despertaba triste, y Lorenzo se resistía a mostrarnos su cara mas agradable.

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Pero los Jelopinos vuelven a la carga un domingo mas, ávidos de descubrir nuevas rutas para su deleite.

Con las ideas claras, una ruta bien diseñada y como si de caballeros andantes se tratara montados en nuestros rocines, (en este caso sin patas pero con ruedas), con nuestras dulcineas descansando en el Toboso, vamos a nuestra particular batalla contra el gigante, ¡¡¡ a por nuestro molino !!!.

Volviendo a la tierra y dejándonos de historias de caballerías y de caballeros andantes, contaros que la etapa fue ante todo divertida.

Como siempre los compromisos sociales hacen que las etapas sean 30 minutos más cortas de lo que a Luis Ma le gustaría, pero no por eso dejan de ser etapas interesantes ni mucho menos son etapas blandas pues se concentra el contenido de la etapa en función del tiempo disponible y por si fuera poco siempre atajamos por el camino mas largo, de lo contrario no seriamos jelopinos.

Tras un ratito bajando poquito a poco hacia arriba se van calentando las piernas hasta alcanzar, (ahora sí la bajada hacia abajo), Murillo, donde nos cruzamos con una etapa de la vuelta ciclista a España, o al menos eso parecía por el despliegue de medios, coches, cámaras, etc, cuando la cruda realidad nos mostró que no era la vuelta, sino un grupo de aficionados a la bici que simplemente disfrutaban del domingo igual que nosotros, pero a estos si que les iban a ver sus amigos y a fotografiarlos, (esto para los amigos).

Y una vez atravesado Murillo la etapa no deja de ser en ascenso hasta la misma cima del molino de viento, donde nos esperaba ese chorizo de jabalí, que esta vez Joaquín sí que ha acertado y nos ha traído como alternativa al doping.

Tras llegar a santa Lucia la etapa llega a su punto álgido y comienza el descenso total (rompe piernas a piñón), a excepción de dos subidas una la cuesta de Galilea y otra la cuesta de Murillo, que una vez cubiertas dan prácticamente por terminada la etapa.


Pues nada amiguitos la próxima semana más.